Muy interesante el artículo de David Gerrold, conocido por ser uno de los guionistas de Star Trek y escritor de novelas de ciencia ficción, para Maximum PC. Me ha gustado porque sitúa el eBook en un contexto histórico en el que un nuevo soporte de comunicación de masas evoluciona siempre sobre la base del anterior: Las primeras películas se inspiraron en las novelas por entregas, como lo vuelven a hacer recientemente en los comics. La radio se ha servido del disco y de la retransmisión del concierto o del espectáculo, y las series de televisión actuales son una evolución de las series radiofónicas, lo mismo se puede decir de los talent shows, que ya existían en la época de la radio.
Algo parecido, aunque más acelerado ha ocurrido con internet que, gracias a la evolución del ancho de banda, ha pasado de ser un soporte de texto a uno interactivo de video; y más actualmente, gracias a facebook, twitter, youtube y compañía, el contenido lo crean los propios usuarios.
En este tiempo internet ha ido también comiendo el espacio a otros formatos, especialmente música, cine y más recientemente televisión, que por no lograr adaptarse, entienden internet únicamente como una amenaza y no como una oportunidad, y buscan defenderse por la vía legal.
El libro ha sido el último reino al que ha llegado la revolución digital. Aunque el eBook tiene ya muchos años, no han existido ni soportes adecuados ni repositorios que hicieran popular el eBook, hasta la llegada de kindle hace poco más de un par de años. Kindle, o para el caso cualquier otro eReader permite almacenar en más o menos 250 gramos todos los libros que vamos a leer en nuestra vida. Del mismo modo, el libro electrónico ha llegado a otros dispositivos portátiles, como iphones, tablets, etc.
El eBook ofrece la posibilidad de volver a publicar el fondo del catálogo de muchas editoriales pero disponer de un gigantesco catálogo de colecciones enteras de Poe, Shakespeare, Newton, Aristóteles, Cervantes, Dickens o Twain ya parte de dominio público, por ejemplo el proyecto gutenberg.
Pero el formato electrónico también se presenta como el modo de salvar al periódico y la revista tradicionales, permitiendo una distribución inmediata y global, incluso a mercados de otro modo inaccesibles, a un menor coste.
Está todavía por cuándo logrará el tablet un equilibrio de precio, duración de batería, potencia y calidad de imagen, lo que probablemente desplazaría al actual lector dedicado de tinta electrónica monocromo. Por poco más de 100€ podemos encontrar ya multitud de eReaders de tinta electrónica.
En cualquier caso los eBooks representan el cambio de un modelo de producción y distribución que difícilmente salvará a toda la cadena de profesionales que mueve el mundo del libro impreso. El caso del librero es el más dramático. Recientemente he leído que también Waterstone's está a la venta.
No estoy sin embargo de acuerdo con David Gerrold en que cualquiera que sepa usar un ordenador puede publicar un libro. En teoría puede, efectivamente, como cualquiera que tenga una cámara de video puede hacer una película, si no tenemos en cuenta el resultado. Lógicamente el número de profesionales necesarios para publicar un eBook es considerablemente inferior al necesario para publicar un libro en papel, pero del mismo modo la calidad y el resultado de este mismo eBook será considerablemente superior al del eBook autoeditado. De ahí que, aunque me parece que el actual precio de los eBooks sea una barrera para su difusión, tampoco defiendo la gratuidad de los mismos. La calidad y el trabajo de un profesional tienen un precio.
¿Qué aportará sin embargo el eBook de propio? En anteriores entradas ya he dado un par de pistas: literatura social, anotaciones, reediciones de clásicos, clubes de lectura virtuales, etc.
Algo parecido, aunque más acelerado ha ocurrido con internet que, gracias a la evolución del ancho de banda, ha pasado de ser un soporte de texto a uno interactivo de video; y más actualmente, gracias a facebook, twitter, youtube y compañía, el contenido lo crean los propios usuarios.
En este tiempo internet ha ido también comiendo el espacio a otros formatos, especialmente música, cine y más recientemente televisión, que por no lograr adaptarse, entienden internet únicamente como una amenaza y no como una oportunidad, y buscan defenderse por la vía legal.
El libro ha sido el último reino al que ha llegado la revolución digital. Aunque el eBook tiene ya muchos años, no han existido ni soportes adecuados ni repositorios que hicieran popular el eBook, hasta la llegada de kindle hace poco más de un par de años. Kindle, o para el caso cualquier otro eReader permite almacenar en más o menos 250 gramos todos los libros que vamos a leer en nuestra vida. Del mismo modo, el libro electrónico ha llegado a otros dispositivos portátiles, como iphones, tablets, etc.
El eBook ofrece la posibilidad de volver a publicar el fondo del catálogo de muchas editoriales pero disponer de un gigantesco catálogo de colecciones enteras de Poe, Shakespeare, Newton, Aristóteles, Cervantes, Dickens o Twain ya parte de dominio público, por ejemplo el proyecto gutenberg.
Pero el formato electrónico también se presenta como el modo de salvar al periódico y la revista tradicionales, permitiendo una distribución inmediata y global, incluso a mercados de otro modo inaccesibles, a un menor coste.
Está todavía por cuándo logrará el tablet un equilibrio de precio, duración de batería, potencia y calidad de imagen, lo que probablemente desplazaría al actual lector dedicado de tinta electrónica monocromo. Por poco más de 100€ podemos encontrar ya multitud de eReaders de tinta electrónica.
En cualquier caso los eBooks representan el cambio de un modelo de producción y distribución que difícilmente salvará a toda la cadena de profesionales que mueve el mundo del libro impreso. El caso del librero es el más dramático. Recientemente he leído que también Waterstone's está a la venta.
No estoy sin embargo de acuerdo con David Gerrold en que cualquiera que sepa usar un ordenador puede publicar un libro. En teoría puede, efectivamente, como cualquiera que tenga una cámara de video puede hacer una película, si no tenemos en cuenta el resultado. Lógicamente el número de profesionales necesarios para publicar un eBook es considerablemente inferior al necesario para publicar un libro en papel, pero del mismo modo la calidad y el resultado de este mismo eBook será considerablemente superior al del eBook autoeditado. De ahí que, aunque me parece que el actual precio de los eBooks sea una barrera para su difusión, tampoco defiendo la gratuidad de los mismos. La calidad y el trabajo de un profesional tienen un precio.
¿Qué aportará sin embargo el eBook de propio? En anteriores entradas ya he dado un par de pistas: literatura social, anotaciones, reediciones de clásicos, clubes de lectura virtuales, etc.
Todo evoluciona,y el Kindle llegó para quedarse, da mas agilidad y pesa menos que una maleta llena de libros. http://www.mythekindle.info
ResponderEliminar