Excelente artículo de Charles Lim en Sparksheet, que toma como punto de arranque el declive de las revistas digitales en forma de App, pero que nos lleva a una serie de reflexiones que podemos aplicar de igual modo a eBooks o a contenido digital en general. Me detengo en los puntos más interesantes y dejo el enlace al artículo original, en inglés, al final.
Papel con apariencia digital
Hace ahora dos años que la revista Wired lanzó su versión digital para iPad. En teoría debería ser el futuro de las revistas debido a la posibilidad de añadir más páginas y más contenido, con pequeñas desventajas, como que el tamaño de este tipo de aplicaciones dificulta su descarga o que el contenido no es indexado correctamente por los motores de búsqueda. Las suscripciones no llegan y cada vez son más editores los que abandonan la plataforma de Apple, como nos cuentan en goodereader. En algunos casos los datos de distribución de la edición digital estarían por debajo del 1% del volumen de la versión en papel.
Lo que no funciona, según Lim ha sido reproducir las limitaciones del papel en el medio digital sin ser capaces de aprovechar las ventajas que éste ofrece.
Los contenidos extra que no interesan a nadie, lo que cuenta es el texto
Aunque la venta de contenido extra funciona bien en sectores como el de los videojuegos, donde los usuarios pueden llegar a pasar 14 horas a la semana enganchados a un juego y no es raro llegar a pagar por una ampliación tanto como por el juego mismo, no parece que suceda lo mismo con una revista, donde ese nivel de implicación es más difícil de conseguir.
Además si tomamos dos ejemplos de revistas en los que la versión digital parece funcionar, la más conocida por aquí sería The Economist, parece que el elemento en común es que son en su mayor parte texto. Lo que no solo hace que sea más fácil y económico adaptarlas al formato digital, sino que igualmente explica por qué los eBooks en general tienen más éxito que las aplicaciones de libros o los libros con contenido extra: Lo que cuenta al final es el texto. Hace unos días se hablaba de este mismo tema en ebookspain.
El futuro no es el texto, sino el hipertexto
Aquí es donde, en mi opinión, está la idea más interesante del artículo, aunque es cierto que alguien que lee un texto digital espera encontrar más que texto, lo que de verdad espera no es tanto el contenido multimedia asociado, a mí personalmente me sigue recordando a los CD-ROM de los años 90, sino poder hacer cosas con este texto: compartir, anotar, buscar. Dicho de otro modo, si el contenido no tiene metadatos no es realmente digital, sino un sucedáneo o una reproducción digital del papel. El PDF sería un buen ejemplo, pero también las Apps que reproducían fielmente la edición en papel de una revista en el momento en el que hacer la versión para el iPad parecía la única opción. Lim usa un buen ejemplo: Grabar un disco de Vinilo en un CD.
El futuro pasaría por crear contenido más atractivo pero no únicamente para una sola plataforma, por más atractiva que resulte la pantalla de un iPad o de un iPhone, sino haciéndolo disponible allí donde se encuentran los lectores, el navegador, aprovechando los avances del HTML5 por ejemplo.
En lugar de meter con calzador contenido en dispositivos digitales, los creadores de contenido deberían pensar en cómo llevar la revolución digital a la propia redacción ya que el futuro del contenido digital no parece que vaya a estar en el jardín cerrado de un AppStore sino en el campo abierto de internet.
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