Mientras me canso de oir que en los eBooks no es posible oler el papel o mojarse el dedo para pasar páginas, como si esto fuera lo importante de leer un libro, sigo viendo propuestas que me dejan loco por innovadoras. La última, viene de Starbucks, esa cadena de cafeterías que no existe en Italia.
Se trata de bookishreadingclub.com, un club de lectura virtual disponible para quien se conecta con cualquier dispositivo que lo admita a una red wifi de Starbucks y que permite leer gratis uno de los cuatro títulos que en ese momento estén disponibles en la estantería virtual, son libros actuales, por ejemplo actualmente ofrecen Atlantic, una novedad que tiene muy buena pinta y que puntúa muy alto en amazon.
Si esto fuera poco, y aquí viene lo que a mí me gusta, es posible dejar comentarios para compartirlos con otros lectores, creando así una especie de club de lectura ad hoc. Dicho de otro modo, uno llega a un Starbucks, se pide un café, enciende su smartphone, pc, mac, eReader, lo que sea, se pone tranquilamente a leer, vee lo que otros opinan del libro, deja un comentario...
Si ni siquiera le gusta el café, siempre puede volver a casa y ponerse a oler libros o calcetines usados.
Se trata de bookishreadingclub.com, un club de lectura virtual disponible para quien se conecta con cualquier dispositivo que lo admita a una red wifi de Starbucks y que permite leer gratis uno de los cuatro títulos que en ese momento estén disponibles en la estantería virtual, son libros actuales, por ejemplo actualmente ofrecen Atlantic, una novedad que tiene muy buena pinta y que puntúa muy alto en amazon.
Si esto fuera poco, y aquí viene lo que a mí me gusta, es posible dejar comentarios para compartirlos con otros lectores, creando así una especie de club de lectura ad hoc. Dicho de otro modo, uno llega a un Starbucks, se pide un café, enciende su smartphone, pc, mac, eReader, lo que sea, se pone tranquilamente a leer, vee lo que otros opinan del libro, deja un comentario...
Si ni siquiera le gusta el café, siempre puede volver a casa y ponerse a oler libros o calcetines usados.
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