Codex de música. Biblioteca de Santa Cruz. Valladolid. de DivesGallaecia via Flickr. |
El "libro" hace referencia en el artículo únicamente al libro en papel, al que quizá sería más correcto llamar códice, pero que frecuentemente se asocia, con cierta confusión, únicamente a lo que es un formato más del libro, el más común también, pero no el único. Lo que cuenta de verdad es el texto con independencia del soporte. Es cierto que el libro en papel que encontramos en una librería o en una biblioteca se ha "perfeccionado con el paso de los siglos", como dice el autor del artículo. Hasta aquí de acuerdo. Lo que no tiene sentido es hablar de la muerte del libro ni pensar que los que defendemos los libros electrónicos anunciamos la muerte del libro en papel, al que ya he defendido aquí.
Lo que sí tengo claro es que el libro electrónico sustituirá progresivamente al formato en papel como preferencia para ciertos contenidos. Por dar dos ejemplos, los actuales lectores de tinta electrónica han demostrado ser una opción óptima para la lectura lineal de una novela tanto como las tabletas para ampliar las posibilidades de un libro infantil. A mi hijo de unos meses le vuelve loco "Tita, la planta maldita" de Cream eBooks y no pierde la atención desde inicio a fin por más veces que lo haya ya visto. Es cierto que por el momento no se ha conseguido resolver en formato electrónico de forma satisfactoria la complejidad de un libro de texto o de uno académico, soporte y formato están todavía en desarrollo, pero todo se andará.
La otra confusión, es la de "editor" entendida en el artículo como directivo o propietario de una editorial, pero no como alguien que edita un texto y que normalmente, pero no siempre, trabaja en una editorial. Alguna vez he comentado que uno de los problemas que encuentra el libro electrónico es el ser un producto que no encaja bien con el sistema de producción, distribución y venta del libro en papel. Exagerando mucho sería como pedir a Volkswagen que produjera, distribuyera y vendiera bicicletas... Sin embargo el libro electrónico sí necesita la función del editor, entendido como el profesional que revisa un texto y le da una forma final óptima. Del mismo modo que necesita un ilustrador para la portada y un maquetista para dar el formato correcto al archivo o un traductor un agente o un experto en promoción editorial.
El libro electrónico permite además que el autor contrate separadamente los servicios de profesionales que hagan estas funciones antes de poner su ebook en venta y sin necesidad por tanto de recurrir a una editorial. De hecho es lo recomendable para seguir dando la sensación de que lo normal es que los libros electrónicos estén llenos de errores. Muy interesante en este sentido el artículo de Alfredo Álamo en el blog de Libranda.
Otra función de las editoriales era decidir qué se publicaba o no, acertando a veces, en otras menos, en una mayoría pesan criterios de rentabilidad... En el caso del libro electrónico es el autor el que puede publicar su obra sin necesidad de recurrir a la editorial que se la distribuya, es además lo que quiere Amazon rompiendo de paso la baraja del precio y del reparto de beneficios. Juan Gómez-Jurado, Pilar Alberdi, Gabri Ródenas o Braulio Llamero serían ejemplos en España, en EE.UU. hay muchos más. Los lectores son al final los que acaban decidiendo qué quieren comprar y leer.
No quiero alargar más el post. Únicamente dejo abierta la pregunta ¿Desaparecerán las librerías y las bibliotecas? Deja tu opinión en un comentario.
Completamente de acuerdo contigo: el editor (¿corrector?), maquetador, etc., siguen siendo necesarios (otra cosa es que ya no sea necesario que vengan en el mismo "paquete").
ResponderEliminarEn cuanto a las bibliotecas... Me estoy imaginando un mundo ideal en el que pudiésemos entrar en una biblioteca online y llevarnos un libro por un periodo de tiempo (algo parecido a los préstamos del Kindle), pero nuestros políticos y editoriales dirían que algo así es piratería y seguro que se opondrían. ¿por qué algo que está tan establecido en papel, les cuesta tanto verlo en formato electrónico?
Por mi parte espero que no desaparezcan ni bibliotecas ni librerías, aunque sí que creo que algún tipo de reestructuración va a ser necesaria.
Si, desaparecerán las librerías físicas, tal y como las conocemos. Y las bibliotecas mas emblemáticas pasarán a ser museos del libro de papel. Suscribo tu post de cabo a rabo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con varios puntos del artículo, pero no en todos. No pienso que el libro electrónico sea la opción óptima para leer una novela de forma lineal. La lectura en pantalla con tinta electrónica es para mi gusto más molesta que sobre el papel; y en una tableta aún peor. Aunque estos dispositivos tienen sus ventajas, aún quedan cosas que mejorar para los lectores más exigentes.
ResponderEliminarEsto es como el Universo..nada desaparece, solo se transforma. Solo tendremos que esperar un tiempo para ver como se va reajustando el mundo editorial. Yo por mi parte, firme defensora del ebook, no puedo imaginar un mundo sin bibliotecas ni libros en papel y tampoco me cuesta imaginar todo el asombroso mundo de posibilidades que se nos presenta con la aparición del libro digital y las nuevas tecnologías. Solo tengo clara una cosa..seguiré disfrutando del placer de la lectura de una u otra manera ;)
ResponderEliminarLas librerías no especializadas lo tienen difícil. Pero esto ya era así antes de la llegada del ebook. Las grandes cadenas hicieron el papel de estranguladores, igual que ahora hacen el papel de víctimas de Amazon.
ResponderEliminarSin embargo creo en la reconversión, tanto de librerías como de bibliotecas. No sé exactamente en qué han de convertirse, pero será algo que nos sorprenderá, seguro. Así es como ocurre siempre.
Discrepo en un punto: prefiero leer una novela en papel y un ensayo en Kindle. En cuanto al fin del libro, no hay que hacer demasiado caso a los profetas del apocalipsis. A veces parece que deseen justamente lo que advierten :)
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios. Yo también creo que seguirán imprimiéndose libros en papel mucho tiempo, no los números de ahora seguramente. Las bibliotecas se están ya reconvirtiendo en salas de lectura y estudio; además no todos los fondos actuales estarán en digital en tiempo breve, pienso en la biblioteca central de la UNED por ejemplo. Como dice un comentario anónimo, habrá que transformarse, veo que antes cerrará la librería del supermercado que la especializada o las que empezarán en breve a vender libros de segunda mano.
ResponderEliminarA diferencia de la fotografía analógica, el vinilo o el VHS, el libro no necesita de dispositivos externos lo que facilitará mucho que sigan en circulación.