Estaba leyendo un par de artículos sobre estraperlo digital, también llamada piratería, y el precio de los eBooks, un tema desgraciadamente recurrente últimamente.
El primero, de hace ya unos días, es de Kindle Review, y el autor intenta averiguar si las editoriales están intentando suicidarse, sabotear el eBook o la contrarrevolución digital. Los argumentos son los habituales:
- La política de precios de los eBooks, que por norma general e inexplicablemente se situán entre los libros en formato bolsillo y los de tapa dura.
- Ignorar la oportunidad de introducir a nuevos lectores en el mercado, por ejemplo niños, para los que la lectura en un eReader es definitivamente más sencilla que en papel.
- Ignorar que algunos de los autores que más eBooks venden, por ejemplo Amanda Hocking, una escritora de 26 años, que no tiene ni un solo título publicado de modo tradicional, pero lleva vendidos cerca de un millón de unidades de sus nueve títulos en formato electrónico y muy por debajo del precio normal de un eBook de un escritor establecido.
- No aprovechar las posibilidades de los libros electrónicos. Aquí cabe tanto los eBooks que son únicamente la conversión del fichero una vez escaneado el libro en papel, y por este motivo, llenos de errores. Y aquellos con menos contenido que la versión en papel: Faltan índices y/o notas al pie de página y otros contenidos que se pueden añadir a la versión electrónica sin encarecerla.
No sabría decir cuáles son los motivos de las decisiones de las editoriales, personalmente no creo que sea uno único ni compartido por todas ellas, pero claramente tratan de mantener el estado anterior de distribución de contenido, proteger sus beneficios, sus clientes, su capacidad de promover un título o un autor frente a otro, etc. Política que precisamente tiene entre los efectos secundarios la descarga ilegal. Y que quede bien claro que no justifico esta. La cuota de mercado del eBook estará actualmente en torno al 10% y creciendo. Y en ese 10%, y aquí está precisamente la clave del tema, las decisiones no las toman únicamente las editoriales, cada vez tienen más peso los escritores independientes y sobre todo, los lectores.
El segundo es de The Digital Reader, en respuesta a un artículo de The Guardian, en el que los autores demandan presión para que los lectores conozcan las consecuencias de las descargas ilegales. Me parece curioso que precisamente uno de los escritores entrevistados, Chris Cleave, que se queja de vivir únicamente de lo que escribe y no poder sacar dinero de la venta de merchandising o de los directos, como hacen sus amigos, los músicos, no tenga ni un sólo título disponible para el kindle, y los que tiene para nook, por ejemplo "Little Bee", cuestan un 50% más que la versión de bolsillo. Como muy bien argumenta Jason Davies en cinco puntos:
1. Hacemos lo que más sencillo nos resulte. Cuanto más complejo resulte conseguir un título de forma legal, más oferta hay para conseguirlo de forma no legal. La ley del estraperlo.
2. El precio (y el DRM) son actualmente la principal dificultad de los eBooks. Comprar un ebook por 1$ es más sencillo que bajarlo de internet y convertirlo al formato de nuestro eReader.
3. Por lo general, se venderían más eBooks si costaran menos. No se trata de que todos cuesten 1$, aunque esa pueda parecer la tendencia a largo plazo, pero tampoco un precio carente de toda lógica como el que pretenden imponer algunas editoriales, llamado en el mundillo, el modelo de agencia.
Como resumen, vivimos la paradoja de tener una saturación de eReaders en el mercado, de muchos precios y calidades, cada día veo más en el metro, y una oferta de eBooks en español muy por debajo de la creciente demanda. De verdad, es una lástima que los fondos se vayan en inútiles leyes antidescargas y no en promover una oferta de calidad.
El primero, de hace ya unos días, es de Kindle Review, y el autor intenta averiguar si las editoriales están intentando suicidarse, sabotear el eBook o la contrarrevolución digital. Los argumentos son los habituales:
- La política de precios de los eBooks, que por norma general e inexplicablemente se situán entre los libros en formato bolsillo y los de tapa dura.
- Ignorar la oportunidad de introducir a nuevos lectores en el mercado, por ejemplo niños, para los que la lectura en un eReader es definitivamente más sencilla que en papel.
- Ignorar que algunos de los autores que más eBooks venden, por ejemplo Amanda Hocking, una escritora de 26 años, que no tiene ni un solo título publicado de modo tradicional, pero lleva vendidos cerca de un millón de unidades de sus nueve títulos en formato electrónico y muy por debajo del precio normal de un eBook de un escritor establecido.
- No aprovechar las posibilidades de los libros electrónicos. Aquí cabe tanto los eBooks que son únicamente la conversión del fichero una vez escaneado el libro en papel, y por este motivo, llenos de errores. Y aquellos con menos contenido que la versión en papel: Faltan índices y/o notas al pie de página y otros contenidos que se pueden añadir a la versión electrónica sin encarecerla.
No sabría decir cuáles son los motivos de las decisiones de las editoriales, personalmente no creo que sea uno único ni compartido por todas ellas, pero claramente tratan de mantener el estado anterior de distribución de contenido, proteger sus beneficios, sus clientes, su capacidad de promover un título o un autor frente a otro, etc. Política que precisamente tiene entre los efectos secundarios la descarga ilegal. Y que quede bien claro que no justifico esta. La cuota de mercado del eBook estará actualmente en torno al 10% y creciendo. Y en ese 10%, y aquí está precisamente la clave del tema, las decisiones no las toman únicamente las editoriales, cada vez tienen más peso los escritores independientes y sobre todo, los lectores.
El segundo es de The Digital Reader, en respuesta a un artículo de The Guardian, en el que los autores demandan presión para que los lectores conozcan las consecuencias de las descargas ilegales. Me parece curioso que precisamente uno de los escritores entrevistados, Chris Cleave, que se queja de vivir únicamente de lo que escribe y no poder sacar dinero de la venta de merchandising o de los directos, como hacen sus amigos, los músicos, no tenga ni un sólo título disponible para el kindle, y los que tiene para nook, por ejemplo "Little Bee", cuestan un 50% más que la versión de bolsillo. Como muy bien argumenta Jason Davies en cinco puntos:
1. Hacemos lo que más sencillo nos resulte. Cuanto más complejo resulte conseguir un título de forma legal, más oferta hay para conseguirlo de forma no legal. La ley del estraperlo.
2. El precio (y el DRM) son actualmente la principal dificultad de los eBooks. Comprar un ebook por 1$ es más sencillo que bajarlo de internet y convertirlo al formato de nuestro eReader.
3. Por lo general, se venderían más eBooks si costaran menos. No se trata de que todos cuesten 1$, aunque esa pueda parecer la tendencia a largo plazo, pero tampoco un precio carente de toda lógica como el que pretenden imponer algunas editoriales, llamado en el mundillo, el modelo de agencia.
Como resumen, vivimos la paradoja de tener una saturación de eReaders en el mercado, de muchos precios y calidades, cada día veo más en el metro, y una oferta de eBooks en español muy por debajo de la creciente demanda. De verdad, es una lástima que los fondos se vayan en inútiles leyes antidescargas y no en promover una oferta de calidad.
En lo poco que llevo dentro del mundo de la edición, me ha dado la sensación de que es un mundo un poco suicida, en el sentido contrarreformista que comentas, pero en mi opinión, el cambio que estamos viviendo es imparable y deberíamos aprovechar para adaptarnos antes de que lleguen Amazon, Google o Apple y nos impongan el cambio
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo. La revolución digital está en marcha, claro que existe demanda de contenidos digitales, pero por el momento los que ofrecen esos contenidos no están a la altura en cuestión de oferta y no están aprovechando la oportunidad por lo que ahora mismo domina el estraperlo. Como dices, cuando llegue amazon.es no lo tendrán tan fácil. Gracias por el comentario y un saludo.
ResponderEliminarNo creo que Amanda Hocking quiera pasar de ganar un 70% autoeditandose en Amazon a ganar un miserable 10% en una gran editorial.
ResponderEliminarPero, ¿qué pasaría si algunos grandes nombres (ponte en un Pérez-Reverte, a nivel nacional, por ejemplo) le echasen agallas y decidiesen empezar a ganar grandes cantidades de dinero abandonando a las editoriales tradicionales?
Obviamente estas editoriales quieren mantener el modelo económico de escasez y luchan contra los tiempos de la única manera que pueden: aliándose con sus serviles políticos, corruptos y traidores a los ciudadanos.
Quién sabe, a lo mejor su inmovilismo no es malo para nosotros a largo plazo y la tecnología hace que el señor Lara sea un poco menos rico ;)
Espero que seamos cada vez más lectores y menos consumidores.
¡Gracias por el comentario! La verdad es que entiendo que Amanda Hocking, que es un caso extremo, pudiera necesitar de una editorial si quisiera por ejemplo traducir sus libros a otros idiomas o distribuirlos en papel... Pero entiendo que por ahora el 70% le tiene que venir de perlas. Creo que ya ha vendido los derechos para una peli.
ResponderEliminarEl caso de un superventas español entiendo que es complejo, por el momento seguro que venden muchísimo a través de canales tradicionales, tipo grandes superficies y pequeña librería, que es además el canal que las editoriales intentan proteger. No sé si es tanto una cuestión económica como de compromiso. Pero quién sabe si alguno no se anima un día a hacer algo parecido a lo que Radiohead hizo con "In Rainbows" por ejemplo.
Bueno, si uno es un autor español (o no anglosajón, en términos generales) independiente aun le sigue saliendo a cuenta contratar un traductor para poder poner su obra en inglés en Amazon.
ResponderEliminarDe hecho es algo que me pasa por la cabeza ;)
Es una opción claro. También vamos a ver muchas editoriales nuevas que se van a especializar en el mercado digital. No creo que muchos autores, especialmente si son nuevos sepan cómo o tengan tiempo y ganas de pasar del fichero word o manuescrito al eBook en amazon. En cualquier caso se abre para la edición una época muy interesante.
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